Obituario del Dr. Marcelino Baras Valenzuela
02/09/2021 - Artículos

Marcelino Baras, un hombre que sabía
sembrar
Nos conocimos en los años de facultad de
Medicina y ya era él un diestro sembrador. Ambos, al igual que bastantes
compañeros de su curso o del mío –dos años de diferencia– éramos asiduos de las
actividades de formación del colegio mayor Guadaira en su sede original de la
calle Canalejas. Abundaba allí la preparación cultural, el afán de estudio, la
relación tutorial profesor-alumno, el buen humor y el interés personal por la vida
espiritual, intereses que seguramente dieron forma a su inquietud por vivir
siempre cerca de Dios secundando la espiritualidad del Opus Dei para descubrir
a Dios en el quehacer ordinario.
Marcelino Baras Valenzuela (Sevilla,
1943-2021) fue un universitario inquieto y aventajado por la ilusión
profesional con la que se preparaba y por el afán de servir a los demás que le
caracterizaba. La preocupación por el otro –y muy en especial por el paciente–
apuntaban ya su preferencia por los enfermos con patologías psíquicas.
Así, pienso yo, fue sembrando amistad y prestando
servicios después de su preparación universitaria teórico-práctica y, luego de
modo permanente, con su actualización cultural y con el trato amable, cálido y
pródigo que dispensaba siempre. Algo así resaltó acertadamente el celebrante de
su funeral, D. Eulalio Fiestas, comparando a Marcelino con el buen samaritano
del evangelio que atiende generosamente al necesitado, poniendo además él mismo
de su bolsillo.
En estos días después de su muerte, he
tenido ocasión de hablar con varios de sus maestros, que han elogiado la
audacia del quehacer y la constancia del desempeño que caracterizó
profesionalmente a Marcelino. El profesor Jaime Rodríguez Sacristán le recuerda
“por su hombría de bien”.
El profesor González-Infante me reenvía
un elogio de un usuario de Twitter: “Rindo mi particular homenaje a un médico
muy especial, que siempre estuvo ahí para todo el mundo. Una gran persona y un
excelente profesional que ejerció hasta el final. Rezaré por ti Marcelino. Descansa
en paz. Un abrazo a su familia desde Londres”.
El profesor Manuel Trujillo, que inició
con Marcelino y otros profesionales en Sevilla el Departamento de Orientación
Psico-profesional (DOPP) en los años 60 y luego marchó a Nueva York y fue director
de Psiquiatría del Hospital Bellevue, me escribe en estas horas “entristecido”
por el fallecimiento de Marcelino, de quien refiere que “forjamos una gran
amistad, compartimos mucho y siempre admiré su esencial bondad humana y su
esfuerzo por ayudar y hacer la vida amable y llevadera a todos. Vivió profundas
convicciones con honradez. Dios le tendrá en su gloria y desde allí nos ayudará
a nosotros”.
Ciertamente ayudó a tantos y sembró
tanto porque era de buena cosecha: se formó en Psiquiatría con prestigiosos
profesionales como los profesores Jiménez Castellanos, Fernández Castellá,
Rodríguez Sacristán, Gotor González, Gotor Díaz… y prueba de ello es que fue
más tarde miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría Privada y de la Sociedad
Española de Psiquiatría Infantil; jefe de servicio de Psiquiatría Infanto-Juvenil
del Hospital Universitario Virgen Macarena hasta su jubilación (2006); jefe de
servicio en Psiquiatría de la Cruz Roja hasta 2010; así como profesor encargado
de Curso de Psicosociología Industrial en la Escuela de Ingenieros Industriales
de Sevilla durante 7 años.
Personalmente puedo reseñar su buena
siembre en la Sociedad Andaluza de Medicina Psicosomática, a través de la cual
aportó brillantes trabajos sobre “Personalidad y Moda”, “La depresión en
jóvenes” y otros artículos y conferencias, como las que dictaba en los
Encuentros de Psiquiatría y Antropología de Navacerrada.
Y digno de mención es el cultivo
familiar de Marcelino: el hogar alegre y de fe que creó con Carmen. Pensando en
sus hijos, cómo encaja aquí tan oportunamente otra cita evangélica: “por sus
frutos los conoceréis”. Es parte de la huella preciosa que dejó Marcelino, el
hombre bueno que sabía sembrar.
Dr. MANUEL
ÁLVAREZ ROMERO
Sevilla, 26
de agosto de 2021